A horas del cierre de la campaña, el llamado es en primer lugar a participar masivamente, a cumplir con la obligación ciudadana del voto y a ejercer este trascendental derecho. Nadie puede delegar esta responsabilidad en otro y cada quien debe involucrarse en el proceso electoral de manera activa.
Las cartas están ya echadas y el pueblo está por decidir. Venezuela está en una encrucijada determinante para su futuro y la ciudadanía tiene sus manos el camino a seguir, lo cual puede resumirse en escoger entre el continuismo destructivo del actual régimen o un cambio esperanzador guiado por la Unidad Democrática.
En efecto, la verdadera disyuntiva está en si la gente desea renovar una Asamblea que no es autónoma, que ha delegado su función legislativa en el Presidente, que no controla al Ejecutivo, que no investiga hechos como la descomposición de 140 millones kilos de alimentos, que no interpela a ningún funcionario, y que sólo produce leyes que limitan la propiedad privada, la libre empresa y la autonomía de los estados y municipios; o si por el contrario, desea que exista un Poder Legislativo que cumpla sus funciones, propicie la prosperidad económica fomentando la inversión y el empleo y profundice la descentralización.
Por último, reiteramos el carácter secreto del voto. Insistimos en que el Gobierno sabrá cuantos y quienes votan, pero en ningún caso sabrá por quién vota cada elector. Sobre esa base, todos debemos votar serenos y apegados a nuestras convicciones sin aceptar presiones no chantajes.
Cipriano Heredia
Coordinador Nacional de Políticas Públicas de ABP
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