Este jueves el coordinador nacional de asuntos legislativos de Alianza Bravo Pueblo, Pedro Segundo Blanco, dio sus impresiones ante las declaraciones ofrecidas por el ex presidente cubano, Fidel Castro, a el periodista y corresponsal de la revista “The Atlantic”, Jeffrey Goldberg donde consideraba que el modelo económico cubano “ya no nos sirve ni a nosotros”.
Blanco aseveró rotundamente que “es lamentable que después de 50 años de opresión política, atropello a los derechos humanos, fusilamientos físicos y morales, apología a la pobreza, destrucción de los sistemas de producción y secuestro de la sociedad cubana, lo que ha llevado al país caribeño a vivir en la más larga dictadura del continente y en el más terrible de los oscurantismos del mundo, Fidel Castro venga a reconocer ahora, que el sistema político, económico y social, que a sangre y fuego instauró hace más de 5 décadas en la isla, no sirva para absolutamente nada; a confesión de parte relevo de pruebas”.
“Que tarde piaste pajarito”, parafraseando al ex presidente Herrera, fue la frase expresada por el coordinador de Asuntos Legislativos ABP, al referirse al mea culpa confesado por el ex presidente cubano. “Castro ha hecho un llamado a Irán a que cesen los atropellos y difamaciones contra los judíos, ahora hace la retardada confesión del fracaso total del comunismo que él propugno y lideró durante tanto tiempo, esto debe significar un alerta para quienes todavía abrigan la esperanza de que el modelo similar que pretende instaurar Chávez en Venezuela pueda tener éxito y traer felicidad a la totalidad de los venezolanos”.
Blanco afirmó que “tanto en nuestro país, como en Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Argentina, la población que se ha identificado con los proyectos de Correa, Ortega, Evo y los Kirchner, deben hacer una profunda reflexión sobre lo dicho por Castro, porque para nadie es un secreto que él es el líder, mentor y guía de estos gobernantes del sur y no han hecho otra cosa que copiar el modelo, que su propio creador, reconoce como un vergonzante fracaso, que no le sirve ni siquiera a los cubanos”.
Pedro Segundo Blanco concluyó expresando que “al octogenario líder cubano comienzan a estremecerlo y agobiarlo los remordimientos de conciencia, por los irreparables e irreversibles daños que le ha hecho a sus compatriotas y por el frustrado camino, por el cual hizo transitar a su país, sumiéndolo en la pobreza y en el más estrepitoso fracaso, de allí que un ateo convicto y confeso como él, recurra e invoque a Dios, cuando esta palabra estaba excluida del vocablo de la isla antillana”.
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